Fuera de Serie: El Álbum de Éxito del Binomio de Oro

En ese diciembre, el furor lo causó “Navidad” del gran Rosendo Romero, luego vinieron “Lleno de ti” de Mateo Torres y qué decir del “Mosaico Binomio No. 2” –que incluía la “Cumbia cienaguera”, La cumbia sampuesana”, “La estereofónica”, “La Pollera colorá”, “Ramita de matimbá”, “La piragua” y “Amaneciendo”. Una gran producción.

Ese año las ventas por ese álbum fueron exuberantes. Los comentarios radiales iban y venían. El Binomio de Oro estaba en alto punto.

Fernando López Henao desempeñaba, en ese momento, las funciones como gerente nacional de promoción de Codiscos. Me llamó y me pidió un favor:

--Hombre Guillermo, ¿por qué no me ayudas con El Binomio con una nota en El Espacio?

--Desde luego que sí, le contesté rápidamente.

Yo trabajaba en ese año en Colprensa, pero por temas de cofradía, tenía conversaciones con Ana Sofía Sierra –en ese momento “Juan sin Miedo”—y con Édgar Sierra—jefe de redacción del diario--. 

Llamé a Édgar y le comenté el asunto. “Hombre, no, me dijo tajantemente. No me gusta ese vallenato romántico, como dulzón, a mí me gusta el clásico, el fuerte”.

--Édgar, le dije, sucede que Rafael e Israel están en el Hotel Bacatá y quieren salir en el periódico. Es una meta. Porque desean que la gente vea que hasta en “El Espacio” aparecen. Son siderales. Están en el estrellato.

Soltó la risa y agregó: “Bueno tráelos mañana a las diez”.

Al día siguiente acudí al hotel, les hablé que sería una entrevista con Édgar Sierra, el jefe de redacción de El Espacio que circulaba unos 300 mil ejemplares, pero que él no era muy amigo de las canciones de El Binomio.

Subimos al taxi y por el camino Rafael comenzó a bromear con el conductor, quien era un admirador del grupo y comenzaron a cantar temas del pasado.

 

Cuando llegamos al periódico, secretarias, operarios de la impresión, auxiliares de contabilidad y vecinos gritaban con emoción al ver al dueto más famoso del vallenato en ese año. 

Fotos van, autógrafos vienen. Abrazos a los artistas. Besos. En fin, los artistas gozaban con aquel recibimiento.

Le entregué el disco a Édgar, lo miró, por un lado, luego por el otro, observó a Rafael y le soltó la primera pregunta: Oye Rafa, ¿Ese lunar es postizo? Porque, por un lado, sale a la izquierda y por otro, a la derecha. Mira y le extendió el elepé.

Tanto Israel como Rafael analizaron la carátula y comprendieron que efectivamente una de las fotos había quedado al revés. Se rascaron la cabeza y el cantante le dijo a Édgar: “Hombe qué va, mira que el lunar es real” e hizo que el periodista lo tocara y lo observara detalladamente.

Risas y más risas por el error de diagramación. No sobra decir que la entrevista fue un hit y las ventas de ejemplares, al otro día, con la nota de El Binomio de Oro, fue copiosa. Llegaron por fin a “El Espacio”.

No era la primera vez que sucedía el “cambio de lunar de Rafael”. En los medios de comunicación también imprimían sus fotos “invertidas”.

En diseño era común que los personajes salieran mirando hacia el interior de la página. Gran lío sucedía –y puede suceder-- con los zurdos, como por ejemplo con el mismísimo ídolo de The Beatles, Paul McCartney, que en los medios volteaban su foto pensando que es derecho.

En muchas carátulas también ha sucedido el caso de invertir los negativos. Es famosa una carátula, también de Codiscos con el maestro Luis Enrique Martínez Argote que aparece como si tocara al revés el acordeón. Es decir, los bajos en la derecha y los pitos en la izquierda.

Lo más grave de la situación es que esa misma foto, ha circulado en medios vallenatos, sin que se percatan del error.

Ha sucedido con carátulas del mismo Alfredo Gutiérrez, tres veces rey vallenato, con los Hermanos López en CBS y con Hugo Carlos Granados y Beto Mario en Discos Fuentes.

Si de estar al revés se trata, en Colombia se conocen pocos acordeoneros zurdos, pero han descollado figuras como el sucreño Wilman Tobío y el barranqueño Alfonso Ceballos. Ellos sí salen bien.

Lo demás son gazapos fotográficos