La guacharaca es un instrumento musical idiófono de raspado. Se fabrica, entre otros, de caña o de lata. Se compone de dos partes: la guacharaca misma, de superficie corrugada, y el peine o trinche, hecho de alambre duro y mango de madera, usado para rascar la superficie corrugada.
Es hueca en la tercera parte central inferior, y posee ranuras longitudinales y transversales en la superficie (su interior es tallado con forma de canoa). La guacharaca tiene un diámetro de unos 4 cm y una longitud de unos 40 cm. Se interpreta en una posición similar a la del violín.
El periódico Vanguardia Liberal hizo un estudio sobre este valioso instrumento musical:
La guacharaca es uno de los tres instrumentos básicos del folclor vallenato, acompañando a la caja y el acordeón.
La guacharaca es un instrumento ‘humilde’, llamado así por bajo costo y fácil transporte, perteneciente a la familia de los tallos, pedazos de caña o calabazos que sirven como instrumentos musicales. Real y técnicamente se llama idiófono fricativo, pero es comúnmente conocida como guacharaca.
Es un instrumento musical de rascado. Se compone de dos partes: la guacharaca misma, de superficie corrugada y el peine o trinche, hecho de alambre duro y mango de madera, usado para rascar la superficie corrugada de la guacharaca.
Fue inventada por indígenas pertenecientes a la cultura Tayrona en la región de la Sierra Nevada de Santa Marta. Después de la colonización y debido a la influencia de la cultura española fue adaptado, a mediados del siglo 20, a una nueva forma de fusión musical llamada vallenato.
La medida corriente de una guacharaca contemporánea es de treinta a cuarenta centímetros, sin embargo, según información suministrada por el investigador Tomás Darío Gutiérrez, esta ha sufrido cambios, ya que en la prehistoria la guacharaca era larga y se sostenía con el dedo grande del pie. Además, existió la guacharaca hembra y el macho.
El investigador también aseguró que, en la época de la prehistoria, la guacharaca se friccionó, con una costilla de venado y por último con el trinche.
La guacharaca es parte fundamental de la música vallenata. Es por eso que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata decidió empezar a premiar al mejor guacharaquero del concurso.
Álvaro ‘Ñame’ Mendoza: Es el guacharaquero que más festivales ha ganado. El ser seis veces ganador lo ubica en esa posición. Es muy solicitado por los acordeoneros.
Odacir ‘Ñeko’ Montenegro: Tiene cuatro coronas en el Festival Vallenato. Tiene su propia agrupación músical.
Adán Montero: Ha hecho historia grabando con los importantes artistas del vallenato y ha sido ganador de tres Festivales.
Abel Suárez: Con tres coronas en Festival vallenato es el cuarto guacharaquero más importante de este certamen musical.
Donaldo Enrique Martínez: Ganador de dos coronas en el Festival Vallenato, con Álvaro Meza y Julian Rojas.
Jesualdo ‘Turco’ Ustáriz: También se hizo famoso con el Binomio de Oro y fue ganador del festival con Alberto ‘Beto’ Villa.
Virgilio Barrera: Ganó el Festival de la Leyenda Vallenata con Alfredo Gutiérrez, pero fue famoso por ser parte del conjunto del Binomio de Oro en la época de Rafael Orozco.
Dentro de las curiosidades e historias que tiene este instrumento, figura la del famoso guacharaquero Adalberto Mejía conocido como ‘La Penca’, quien murió tocando el instrumento en medio de una presentación con Silvio Brito en Maicao.
¿Es indígena la guacharaca?
El antropólogo wayúu Weildler Guerra Curvelo, uno de los Integrantes de la llamada Misión de Sabios, integrada por el Gobierno nacional para formular recomendaciones sobre ocho aspectos puntuales de desarrollo en materia de ciencia, tecnología e innovación y quien recibiera el Premio Nacional de Cultura en el área de Antropología 2001-2002, y es miembro de la Academia de Historia de Colombia, escribió en la página Panoramacultural.com.co un interesante estudio sobre el origen de la guacharaca titulado “¿Es indígena la guacharaca?”
“La idea de que algunas expresiones musicales nacionales tienen una proporción armoniosa de aportes indígenas, negros y africanos está muy difundida en Colombia.
El ejemplo más evidente es el de la música popular de acordeón, hoy conocida como vallenata. Los cánones, no tan antiguos, surgidos sobre esta música establecen que se interpreta a partir de tres instrumentos básicos: acordeón, caja y guacharaca. El acordeón, según el arraigado estereotipo, representaría lo europeo, la caja la contribución africana y la guacharaca la contribución indígena. Ello reflejaría también la confluencia armoniosa de las razas de los tres continentes en su capacidad creativa y pretende alentar sobre las potencialidades estéticas de esa fusión de razas presente en América.
¿Pero es realmente indígena la guacharaca? Estos cánones son frecuentemente adoptados de manera acrítica por los ciudadanos pese a que han sido cuestionados por investigadores como Jaques Gilard y por reputados musicólogos como Egberto Bermúdez, quien ha señalado que algunos de estos cánones se encuentran en abierta oposición con la realidad musical del estilo y que en la creación de la tradición “vallenata” intervinieron elementos de carácter ideológico y político.
Aunque el acordeón está registrado documentalmente en Santa Marta en 1869, la confluencia de los tres instrumentos, acordeón, caja y guacharaca, por primera vez fue descrita por el viajero francés Henri Candelier en su libro Riohacha y los indizo guajiros, publicado en 1893. “Todo el mundo conoce el acordeón, importado de Alemania… ‘La guacharaca’ no se parece a ningún otro instrumento con el que se lo pueda comparar. Es un pequeño tallo de madera, plana, de una caña y de dos dedos de largo, cubierta con una delgada placa de hierro o de cinc con dientes en forma de sierra, con muescas parecidas a una cremallera si usted prefiere. Con la mano izquierda se sostiene ese bastón, mientras con la derecha armada de un pequeño pedacito del tamaño y grueso de un lápiz, raspa el instrumento subiendo y bajando. Esto produce un ruido destinado a acompañar a los otros instrumentos. Es poco armonioso se le concede, y bastante irritante, ¡oh! ¡ese rechinamiento!,” nos dice el malhumorado viajero francés.
Según Bermúdez, la guacharaca, carrasca o charrasca es un instrumento de origen africano. Los especialistas coinciden en que no existe evidencia documentada de su vinculación con las tradiciones musicales indígenas del Caribe y América del Sur. En contraste, la propia caja puede provenir de dos tradiciones: la española y la africana. De hecho, los wayuu usan hoy un tambor de dos capas introducidos por los europeos al que denominan kasha.
Muchos de los estereotipos comúnmente aceptados sobre la música popular de acordeón deberían ser revisados a la luz de las evidencias documentales, etnográficas y musicales de manera reflexiva y serena. Reconocer la inmensa aportación africana sería un buen paso. Admitir que en sus orígenes su epicentro no se limita a una sola ciudad, sería otro. Finalmente, no se debería ir contra los tiempos e intentar su museificación, pues su mayor fortaleza es su carácter cambiante y no fosilizado”.